El profesional del futuro y la
educación
Vivimos en un mundo que ha experimentado grandes cambios producto del
desarrollo científico-tecnológico y del fenómeno de la globalización. .La
educación como proceso de adquisición de conocimientos está directamente implicada
en esos cambios ya que es su tarea preparar a las personas para desempeñarse en
los diversos ámbitos que el mundo actual propone: llámese académico, laboral,
deportivo, artístico, de ocio, científico, interpersonal.
Profesionales de diversas disciplinas se han dado a la tarea de
reflexionar e investigar sobre la relación que existe entre la educación y el
trabajo, estableciendo las competencias que deberá poseer el profesional del
futuro y qué deberá hacer la educación para desarrollar tales competencias en
las personas. En este ensayo presentaré una integración de los planteamientos
de Howard Gardner (2005), Levy, F. & Murnane (2007) y Cheng (2007) respecto
al profesional del futuro y su educación. Posteriormente ofreceré un comentario
personal sobre las implicaciones de este perfil en mi propia práctica docente.
Para efectos de este ensayo, algunos conceptos clave se entenderán según
la definición del diccionario de la Real Academia Española como se describe a
continuación:
Mente: Conjunto de actividades y procesos psíquicos
conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo..
Habilidad: Capacidad y disposición para algo. Cada una
de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza.
Capacidad: Aptitud, talento, cualidad que dispone a
alguien para el buen ejercicio de algo.
Educación: Acción y efecto de educar. Instrucción por
medio de la acción docente.
Educar: Desarrollar o perfeccionar las facultades
intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos,
ejercicios, ejemplos, etc.
El profesional del futuro
Luego de leer los planteamientos de Gardner (2005), Levy y Murnane
(2007) y Cheng (2007) es evidente que se asemejan mucho en su tesis de que el
mundo ha cambiado sustancialmente y por tanto requiere personas con una serie
de atributos que les permitan afrontar la nueva realidad. Coinciden también en
las características de dichos atributos, a los cuales Gardner llama “mente”,
Levy y Murnane “habilidad” y Cheng “capacidad”.
Howard Gardner enumera cinco tipos de “mente” que él considera
necesarias para enfrentar los retos que traerá el futuro, además de ser posibilidades
inherentes al potencial propio del ser humano. Estas son: la mente disciplinada,
la mente sintética, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética. La
primera se refiere por una parte, al dominio de la forma de pensar o razonar
según las diversas áreas o disciplinas del conocimiento humano; por otro lado
al desarrollo sistemático de hábitos que le permitan aprender constantemente.
En cuanto a la mente sintética, es la capacidad de integrar grandes cantidades
de información diversa en un todo coherente con una finalidad práctica.
La mente creativa es la que resuelve problemas en forma novedosa pero útil.
La mente respetuosa es la capacidad de relacionarse con otras personas,
trabajar en equipo, ser flexible y considerado con otras personas, por encima de
las diferencias. Por último, la mente ética que hace referencia a la calidad y
excelencia en el trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento de las
obligaciones de su profesión.
Luego de analizar el impacto de la globalización en el mercado laboral,
Levy y Murnane consideran que el profesional del futuro debe poseer un
pensamiento especializado, entendido como la capacidad de resolver problemas, y
también una capacidad de comunicación compleja, es decir el poder interactuar
con otros seres humanos para adquirir o explicar información de manera efectiva.
Por su parte Cheng, establece como capacidades necesarias en los nuevos
lugares de trabajo, la comunicación, el trabajo en equipo, la toma de
decisiones, la solución de problemas, el pensamiento crítico, la integración,
la flexibilidad, la ética, el aprendizaje continuo, la auto-dirección y el
emprendimiento.
Los tres planteamientos coinciden en lo que respecta a la capacidad de
resolución de problemas, la integración o síntesis del conocimiento y la
comunicación entendida como la capacidad de interacción respetuosa entre
individuos. Cheng y Gardner ahondan en lo que respecta a la ética en el trabajo
y la auto-dirección como actuación en función de valores.
Implicaciones para la práctica
docente
En lo personal considero que es todo un reto contribuir en la formación
de personas con las características que describen estos autores. La primera
responsabilidad en este sentido es la propia formación y búsqueda de esas
competencias a nivel personal; sino de qué modo he de pretender fomentarlas en
mis estudiantes o comprender las dificultades que puedan enfrentar en sus
procesos de crecimiento
Actualmente me desempeño como profesora de idioma italiano pero también
soy docente de psicología para secundaria. En cuanto a la segunda disciplina,
siempre he pensado que su ejercicio es una oportunidad para brindar a los
estudiantes oportunidades de educación para la vida dado el tipo de materia que
se estudia. Sin embargo, esto no deja de ser cierto para la enseñanza y
aprendizaje de un idioma.
Al pensar en los retos para la educación, está más que claro que la
transmisión y aprendizaje memorístico de datos no puede ser la base del proceso
educativo. Sin embargo, la materia de cualquier disciplina es precisamente la
“materia prima” para desarrollar esas otras competencias para la vida. Por lo
tanto, en una clase de idioma por ejemplo, el organizar actividades
colaborativas, utilizar textos diversos para hacer una exposición, hacer
comparaciones, cumplir con ciertos lineamientos, resolver un problema, todo
ello forma parte de un proceso más allá del saber cómo se dice una cosa en el
otro idioma.
Considero de vital importancia una idea que Gardner (2005) plantea y es
el enseñante como modelo. Según este autor, la persona que funge como modelo
debe “ejemplificar los rasgos deseados con la mayor claridad.” (p. 108). En lo
personal, las dos características que procuro modelar con mis estudiantes son
el respeto y la ética, ya que estas impactan la esencia del ser humano más allá
cualquier capacidad intelectual. Son la base sobre la cual se puede construir
todo lo demás.
Conclusión
El mundo cambia en forma vertiginosa. Las nuevas tecnologías impactan
todos los ámbitos del quehacer humano y el conocimiento avanza llegando a hacer
obsoleto el nuevo saber casi en el momento en que llega a nuestras manos. La
globalización ha permitido que las distancias se acorten y que se adopten
nuevas formas de hacer las cosas. Ante este panorama los profesionales de hoy y
de mañana debemos estar preparados para afrontar nuevos retos y para ello
debemos cultivar competencias como las planteadas por los autores antes
mencionados. Sólo de esa forma podremos desarrollarlas en nuestros estudiantes
y de ese modo hacer de nuestra práctica docente una actividad significativa
para nosotros mismos, para nuestros estudiantes y para la sociedad.
Referencias
Cheng, K. The Postindustrial Workplace and
Challenges to Education. (2007). En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning
in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California
Press. Traducido al español.
Gardner, H. (2005). Las cinco mentes del futuro: Un ensayo
educativo. México:
Paidos.
Levy, F. y Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape
human skill demands. En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global
era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California
Press. Traducido al español.
Real Academia Española (2015) Diccionario de la Lengua española.
Recuperado de: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae