De acuerdo con Knowlton y Sharp (2003), el PBL contribuye con el desarrollo del pensamiento crítico y creativo ya que al tener que resolver problemas, los estudiantes deben generar ideas y sustentarlas, lo cual implica operaciones de pensamiento superior. Naturalmente, al tener que brindar soluciones a los problemas planteados, se ejercita el pensamiento creativo, pues un aspecto esencial en el PBL es que los problemas están mal estructurados, como sucede por lo general en la vida real, a fin de que el estudiante busque información, proponga formas para recopilar esa información y vaya generando las soluciones requeridas, que por lo general serán innovadoras pues cada problema es único en su naturaleza, y así lo será su solución o posibles soluciones.
Mediante el aprendizaje colaborativo y la retroalimentación mutua, es posible llevar a cabo procesos de reflexión para afinar el pensamiento e incorporar nuevas ideas a los esquemas mentales, conocer y valorar otros puntos de vista. El desarrollo de estos procesos contribuye con la reflexión metacognitiva, por lo tanto la persona va a analizar el modo en que genera ideas, aprende nueva información y como se enfrenta a una situación y la resuelve (Morales y Landa, 2004). Estas son tareas propias del pensamiento crítico que se verá demostrado a partir de las preguntas que surgirán luego de esas reflexiones y de la retroalimentación que brinde a otras personas.
Las habilidades de pensamiento superior, van más allá de la simple memorización o de la resolución de ejercicios mecánicos. Si bien en un inicio los estudiantes pueden generar cierta resistencia a participar en el PBL, debido al esfuerzo que les va a implicar, en realidad una vez conocida la metodología, al centrarse en el objetivo de solucionar un problema, aumentarán la motivación y el interés hacia la tarea, y por consiguiente se va a generar una comprensión profunda de los contenidos estudiados.
Referencias
Knowlton, D.S. & Sharp, D.C. (Eds.). (2003). Problem-based learning in the information age (pp. 5-44 and 81-87). San Francisco: Jossey Bass.
Morales, P y Landa, V. (2004). Aprendizaje basado en problemas. Problem based learning. Theoria. 13, 145 - 157.
Estimada Rosa, las imágenes le dan a la respuesta un peso importante, la felicito!. Tal vez por las razones que indica en su respuesta es que cada vez más se quiere trabajar en el aula, con actividades reflexivas y que estimulen el trabajo colaborativo. Hay mucha riqueza cuando los alumnos tienen su espacio para pensar, analizar, investigar y decidir sobre qué hacer a la hora de resolver un problema.
ResponderEliminarDestaco que el ABP, apunta a discusiones sanas, compartir experiencias y además construir de manera conjunta. Es una herramienta que utilizo constantemente y por lo menos ha sido de utilidad en cualquier nivel universitario que lo he aplicado. Los estudiantes quieren y deben mantenerse pensando.
Saludos, Kattia
Hola Kattia,
ResponderEliminarGracias por compartir tus impresiones y experiencia. Me parece que uno de los elementos que le da atractivo a este tipo de herramientas es precisamente que al ejecutar las habilidades que mencionas (pensar, analizar, investigar y tomar decisiones) se ofrece a los estudiantes también la oportunidad de comenzar a sentirse profesionales en su campo de formación, y por ende afrontar retos, superar temores y ser propositivos en espacios seguros de ensayo y error para el aprendizaje.
Saludos,
Rosa